Aplica una cantidad generosa sobre la piel húmeda. Deja que tus manos deslicen el gel en un suave masaje mientras la espuma acaricia tu piel, envolviéndote en el cautivador aroma del té verde, la menta y el jengibre. Enjuaga con agua tibia y siente cómo tu piel se transforma en una cascada de suavidad y frescura.